Mohamed Salah es un tipo feliz. Se le nota desde el primer día que vistió la equipación del Liverpool. Quizás los seguidores deberíamos aprender de su actitud y olvidar de una vez por todas la locura de mercado de fichajes que hemos vivido en las últimas semanas. No voy a emitir un juicio prematuro con respecto a las llegadas del propio Salah, de Solanke, de Robertson, de Keita o de Chamberlain, ya que eso lo determinará su futuro rendimiento en el equipo. Lo único que puedo hacer es cambiar de actitud de cara a las próximas ventanas de traspasos. Me refiero, en concreto, a la necesidad de ser capaz de adoptar una postura escéptica y dejar de considerar a las redes sociales como fuentes fiables de información. Las mentiras y exageraciones que se han ido publicando en gran cantidad de medios de comunicación y en numerosas cuentas de Twitter a lo largo del verano darían para una novela de terror. Supongo que de tal sinsentido colectivo nacerá una nueva cura de espanto en la comunidad social del club. Y espero que también en otras comunidades deportivas.
PD: Naby Keita no jugará en el Liverpool hasta la temporada 2018/19, no obstante sienta bien saber que hemos atado a uno de los futbolistas con mayor proyección del panorama.
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