miércoles, 16 de octubre de 2013

Entrenadores

Cuando voy a hacer deporte, que lo hago con frecuencia, paso siempre por delante de un campo de fútbol donde hay equipos de base entrenando. El otro día presté atención a las palabras de uno de los entrenadores, que decía lo siguiente: "Si nos invitan a Benidorm, hasta los abuelos nos ganan". Bien, dejando a un lado el ingenio de la frase, he de añadir que me recordó en cierta medida a mi último entrenador de baloncesto, que era un auténtico maestro de la anti-motivación. Y es que cuando uno es psicólogo, como lo soy yo, sabe un poco, aunque sólo sea un poco, sobre temas de motivación y de gestión de grupos, y hay que reconocer que se dan bastantes casos de entrenadores de deporte de cantera que no tienen idea alguna de controlar la motivación de sus jugadores.

A nivel profesional, gente como nuestro Brendan Rodgers, u otros como Rafa Benítez, Pep Guardiola, Cholo Simeone, José Mourinho, etc., a buen seguro que son eficientes gestores del liderazgo, de ahí que estén donde están. Pero es cierto que en este mundillo suele utilizarse, en muchos casos, la anti-motivación como herramienta para intentar controlar a los equipos, especialmente en cantera. Por mi parte, al haber tenido contacto directo con clubes grandes, creo que es una realidad incuestionable, ya que muchos entrenadores o directores deportivos son vistos por sus jugadores como ogros o como tipos poco recomendables, y eso es un gran error. No tengo ni la menor idea, pero es de suponer que, por ejemplo, Lucas Leiva vea en Brendan Rodgers a un compañero y a un líder -eso espero, porque de ello dependerán nuestros futuros resultados futbolísticos-. Pero un gran número chavales no rinden o no quieren rendir por culpa de sus entrenadores. Decirle a un grupo de niños de 13-14 años que en Benidorm los abuelos les van a ganar puede verse como una humillación. A esas edades hay que cuidar muy bien las palabras, medirlas con el máximo rigor. Para llevar un equipo, uno tiene que saber lo que hace, y no simplemente descargar sus frustraciones o sus inseguridades sobre los muchachos. No hay colectivo deportivo que funcione sin una buena gestión del liderazgo, cuyo principal cometido debe ser motivar a todos y cada uno de los deportistas.

2 comentarios:

  1. Ya he dicho alguna vez que si tú quieres y sólo si tú quieres, la salida profesional especializada en psicología deportiva sería muy buena para ti...

    Por otro lado, a veces me he colado a ver entrenamientos de balonmano y me parecía que a veces las reprimendas eran demasiado severas... Aunque al fin y al cabo, quizás es lo que ha hecho grandes a las rusas en gimnasia rítmica por decir un ejemplo, si es que no me estoy equivocando de país...

    Laura

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  2. Sí, he pensado en lo de la psicología deportiva como opción posible para el futuro, no lo descarto para nada.

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