Cuando voy a hacer deporte, que lo hago con frecuencia, paso siempre por delante de un campo de fútbol donde hay equipos de base entrenando. El otro día presté atención a las palabras de uno de los entrenadores, que decía lo siguiente: "Si nos invitan a Benidorm, hasta los abuelos nos ganan". Bien, dejando a un lado el ingenio de la frase, he de añadir que me recordó en cierta medida a mi último entrenador de baloncesto, que era un auténtico maestro de la anti-motivación. Y es que cuando uno es psicólogo, como lo soy yo, sabe un poco, aunque sólo sea un poco, sobre temas de motivación y de gestión de grupos, y hay que reconocer que se dan bastantes casos de entrenadores de deporte de cantera que no tienen idea alguna de controlar la motivación de sus jugadores.
A nivel profesional, gente como nuestro Brendan Rodgers, u otros como Rafa Benítez, Pep Guardiola, Cholo Simeone, José Mourinho, etc., a buen seguro que son eficientes gestores del liderazgo, de ahí que estén donde están. Pero es cierto que en este mundillo suele utilizarse, en muchos casos, la anti-motivación como herramienta para intentar controlar a los equipos, especialmente en cantera. Por mi parte, al haber tenido contacto directo con clubes grandes, creo que es una realidad incuestionable, ya que muchos entrenadores o directores deportivos son vistos por sus jugadores como ogros o como tipos poco recomendables, y eso es un gran error. No tengo ni la menor idea, pero es de suponer que, por ejemplo, Lucas Leiva vea en Brendan Rodgers a un compañero y a un líder -eso espero, porque de ello dependerán nuestros futuros resultados futbolísticos-. Pero un gran número chavales no rinden o no quieren rendir por culpa de sus entrenadores. Decirle a un grupo de niños de 13-14 años que en Benidorm los abuelos les van a ganar puede verse como una humillación. A esas edades hay que cuidar muy bien las palabras, medirlas con el máximo rigor. Para llevar un equipo, uno tiene que saber lo que hace, y no simplemente descargar sus frustraciones o sus inseguridades sobre los muchachos. No hay colectivo deportivo que funcione sin una buena gestión del liderazgo, cuyo principal cometido debe ser motivar a todos y cada uno de los deportistas.
A nivel profesional, gente como nuestro Brendan Rodgers, u otros como Rafa Benítez, Pep Guardiola, Cholo Simeone, José Mourinho, etc., a buen seguro que son eficientes gestores del liderazgo, de ahí que estén donde están. Pero es cierto que en este mundillo suele utilizarse, en muchos casos, la anti-motivación como herramienta para intentar controlar a los equipos, especialmente en cantera. Por mi parte, al haber tenido contacto directo con clubes grandes, creo que es una realidad incuestionable, ya que muchos entrenadores o directores deportivos son vistos por sus jugadores como ogros o como tipos poco recomendables, y eso es un gran error. No tengo ni la menor idea, pero es de suponer que, por ejemplo, Lucas Leiva vea en Brendan Rodgers a un compañero y a un líder -eso espero, porque de ello dependerán nuestros futuros resultados futbolísticos-. Pero un gran número chavales no rinden o no quieren rendir por culpa de sus entrenadores. Decirle a un grupo de niños de 13-14 años que en Benidorm los abuelos les van a ganar puede verse como una humillación. A esas edades hay que cuidar muy bien las palabras, medirlas con el máximo rigor. Para llevar un equipo, uno tiene que saber lo que hace, y no simplemente descargar sus frustraciones o sus inseguridades sobre los muchachos. No hay colectivo deportivo que funcione sin una buena gestión del liderazgo, cuyo principal cometido debe ser motivar a todos y cada uno de los deportistas.
Ya he dicho alguna vez que si tú quieres y sólo si tú quieres, la salida profesional especializada en psicología deportiva sería muy buena para ti...
ResponderEliminarPor otro lado, a veces me he colado a ver entrenamientos de balonmano y me parecía que a veces las reprimendas eran demasiado severas... Aunque al fin y al cabo, quizás es lo que ha hecho grandes a las rusas en gimnasia rítmica por decir un ejemplo, si es que no me estoy equivocando de país...
Laura
Sí, he pensado en lo de la psicología deportiva como opción posible para el futuro, no lo descarto para nada.
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