Cuando un futbolista marca un gran gol que salva los muebles, la explosión de alegría de todo el equipo y de los seguidores desplazados hasta el estadio de rigor es tremenda. Ayer vivimos una situación así con el tanto de Sturridge en los instantes finales del choque en el que nos enfrentábamos al Chelsea. La verdad es que, habiendo visto el partido en diferido, pude apreciar -sin la incertidumbre de desconocer el resultado definitivo- la manera en la que los nuestros fueron capaces de no resquebrajarse en ningún momento, lo que culminó con el enorme disparo desde fuera del área de un tipo que había saltado al terreno de juego hacía escasos tres minutos, logrando situar unas más que justas tablas en el luminoso. El Liverpool plantó cara y demostró una personalidad que hace justicia al trabajo de Klopp, que ha sabido construir un bloque difícil de descomponer incluso ante lo adverso. Esa fuerza física y mental, y ese comportamiento colectivo, es el que necesitamos para conseguir alcanzar metas de amplio valor. De momento y pese a no llevarnos la victoria de Stamford Bridge, vamos por el buen camino.
Once titular LFC:
Alisson, Arnold, Gómez, Van Dijk, Robertson, Henderson, Milner, Wijnaldum, Salah, Mané, Firmino
Sustituciones LFC:
Shaqiri, Keita, Sturridge
Goles LFC: 89'
Sturridge
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