Sufrir, sufrir y sufrir. En eso consiste el fútbol. Aunque tengas una eliminatoria controlada y con un margen amplio, nunca estás libre de acabar pidiendo la hora. Y más si lo que hay en juego es el pase a la final de la Copa de Europa. La derrota de ayer en Roma sabe a triunfo, porque durante 85 minutos, dominamos el marcador con claridad pese a no disputar un buen encuentro. Cuando el árbitro señaló la conclusión del choque, la sensación de alivio fue tremenda. Once años después, vamos a volver a jugar una finalísima de la Champions League, oportunidad significativa para levantar el que sería nuestro sexto título en la historia de la competición. La verdad es que en agosto era difícil pensar que llegaríamos a Kiev. Sin embargo, somos finalistas, lo que demuestra que la grandeza del Liverpool FC supera siempre cualquier adversidad. Sólo poseo palabras de agradecimiento en lo que respecta al equipo y al cuerpo técnico, porque han completado un torneo sensacional. El nombre del club retumba con contundencia en el viejo continente.
Once titular LFC:
Karius, Arnold, Lovren, Van Dijk, Robertson, Henderson, Milner, Wijnaldum, Salah, Mané, Firmino
Sustituciones LFC:
Klavan, Solanke, Clyne
Goles LFC: 9'
Mané; 26'
Wijnaldum
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