Estos últimos días se han vivido con una apacible relajación en el entorno del Liverpool. Tras la victoria ante el Porto en el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Europa, el equipo puso rumbo al sur de mi país, España, para hacer una especie de mini pretemporada con vistas a la recta final de la campaña, en la que nos vamos a jugar en todo por el todo. Debo admitir que resulta inquietante que pase más de una semana sin que disputemos ningún encuentro, ya que detener el ritmo de competición no suele sentar bien a las plantillas deportivas, especialmente cuando el desafío que aguarda es un calendario de alto nivel y de creciente dificultad. Mañana regresa el fútbol a Anfield, por suerte. Ojalá los circuitos en bicicleta por Marbella hayan servido de algo a nuestro colectivo.
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