En un equipo deportivo es necesaria una amplia dosis de disciplina. Sin ella, el desastre está garantizado. Que Jürgen Klopp apartase de la plantilla a Sakho por falta de la misma fue un acto de valentía. Escribo semejante afirmación debido a que en las últimas semanas, he leído por las redes sociales algunos comentarios sobre el jugador en cuestión que me resultan un tanto desconcertantes. Lamenté la sanción de la UEFA a Sakho en el tramo final de la pasada campaña. Pero no lo hice porque fuese una pieza clave en los esquemas defensivos del colectivo, sino porque era una injusticia. Me refiero a que, en mi opinión, Sakho nunca llegó a ser un central de plenas garantías en el Liverpool. Ahora que presta sus servicios en el Crystal Palace, ciertos sectores de nuestra comunidad social comentan que su rendimiento es excelente. Le deseo lo mejor al futbolista, sin embargo en la decisión de mantener al tipo al margen del grupo, apoyo al máximo a nuestro técnico puesto que, como ya os he explicado, sin disciplina no se va a ninguna parte.
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