Es habitual que tenga que explicarle a muchos sujetos el significado de la figura de Bill Shankly y los motivos que tenemos todos los seguidores del Liverpool para considerarle el individuo más importante de la historia del club. El desconocimiento general que existe fuera de los círculos futbolísticos comprometidos sobre el arquitecto de la filosofía de nuestro equipo es alarmante, por lo que para mí es un honor ilustrar a aquellos que lo deseen acerca de la relevancia del que fue y siempre será el hombre que hizo feliz a la gente. Ahora que se avecinan las fiestas navideñas y que los medios de comunicación nos invaden con mensajes de prosperidad incluso cuando no los hemos solicitado, es interesante rememorar el legado de un tipo que construyó un Liverpool tan inolvidable como ejemplar y, además, generó en torno a su forma de pensar y de trabajar una estructura social digna de recuperar en los tiempos que corren. Shankly postulaba que en el fútbol y en la vida, las personas hemos de remar en una dirección en la que todos nos veamos beneficiados, por eso implantaba en su modelo de deporte la idea del juego al servicio del aficionado. Soy de los que cree que un club de fútbol es un colectivo social mucho más amplio que la representación de los jugadores o de los técnicos. Desde mi punto de vista, un club de fútbol es una comunidad que está cimentada por todos y cada uno de sus miembros, es decir, todos los seguidores, simpatizantes y aficionados somos parte activa del entramado al que estoy haciendo referencia. Hoy en día, con la llegada del fútbol moderno o neo-fútbol, como me gusta llamarlo a mí, se ha perdido en gran medida la esencia vital del deporte rey, que no es otra que la de hacer felices a aquellos que disfrutan viendo a unos tipos pegándole patadas a un balón. Evidentemente, el fútbol es un pasatiempo, probablemente el más importante de todos los pasatiempos que existen a nivel mundial, de modo que sería de agradecer que, lejos de sucumbir a los intereses mercantiles del neo-fútbol, se recuperase el espíritu de Shankly, un hombre cuyo cometido al frente del Liverpool fue el de lograr que ancianos, adultos y niños saliesen del estadio con una sonrisa en el rostro.
PD: La foto, como no podía ser de otra manera, la tomé durante mi visita a Anfield el pasado verano. Se trata de la estatua que recuerda a todos los que acuden al estadio que Bill Shankly es el responsable de ser lo que somos y lo que debemos seguir siendo siempre.
Gran texto, compañero.
ResponderEliminarPara mí, Bill Shankly es el mejor entrenador que existe en la historia del fútbol, y después Brian Clough. No ganó ninguna Champions con el Liverpool, pero sí ganó algo muy importante y es hacer feliz a la gente. Antes cuando entrenaba y ahora desde el cielo. Siempre será recordando como el más grande. Hoy día el Liverpool Football Club está donde está y es lo que es ahora gracias a él cuando hace mucho tiempo no olvidemos que el Liverpool era un equipo que estaba en las catacumbas. Fue llegar Bill Shankly y desde entonces formar un ejército invencible como Napoleón Bonaparte.
Te paso por aquí un link sobre Bill Shankly que escribí hace tiempo en mi blog:
ttp://fieldofanfieldroad.blogspot.com.es/2013/09/charlton-dalglish-heighway-y-carragher.html