Se viene comentando desde el arranque de la temporada el malestar de los seguidores del Cardiff City con respecto a su actual dueño, un tipo de apariencia repelente con pinta de mafioso que accede a los estadios dando la sensación de ser un hombre poco recomendable. Todo esto lo presupongo, pero visto lo visto, creo que mis percepciones llevan gran parte de razón. El individuo en cuestión, en un acto de soberbia e indiferencia hacia la comunidad de aficionados del club que dirige, decidió pasarse por el forro la tradición del equipo y cambiar de la noche a la mañana el color de la equipación oficial, que siempre ha sido azul, transformándola en roja sin venir a cuento. Ayer se congregó en Anfield una buena cantidad de hinchas llegados desde Gales para animar a los suyos, y como no podía ser de otro modo, en numerosas ocasiones trataron de recordarle al susodicho que el Cardiff City siempre ha sido y siempre será azul. No es de extrañar que en 45 minutos resolviésemos el enfrentamiento, porque además de la superioridad de los nuestros, el conjunto del país vecino se presentaba en el choque desestabilizado por una situación institucional en la que ni el entrenador ni el personaje que maneja los despachos parecen entenderse lo más mínimo. Tres puntos más y la impresión de que lo que nos queda por afrontar de aquí a final de año lo vamos a poder hacer con ciertas garantías.
Once titular LFC: Mignolet, Johnson, Skrtel, Sakho, Flanagan, Lucas, Allen, Henderson, Coutinho, Sterling, Suárez
Sustituciones LFC: Kelly, Agger
Goles LFC: 25' Suárez; 42' Sterling; 45' Suárez
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