Somos de Jordan Henderson

Reconozco que durante la primera temporada de Henderson en el Liverpool, llegué a cuestionar su fichaje, en un ejercicio de clara irresponsabilidad por mi parte. Quizás me vi influenciado por otro de los llegados al club durante aquel verano de 2011, cuyo nombre era Stewart Downing, que nos había costado una pasta y sobre el terreno de juego no aportaba absolutamente nada. Dalglish no supo sacar de ninguno de los dos un rendimiento acorde a las expectativas, pero las cosas cambiaron notablemente la pasada campaña. Rodgers lo intentó por todos los medios con Downing, llegándole a colocar hasta de lateral izquierdo -recordemos que dicho futbolista era atacante, algo así como interior-, pero no había manera. Por suerte, el elemento en cuestión ya no forma parte de la plantilla. Sin embargo, Henderson sí que comenzó a mejorar. Fue un proceso lento, debido en ocasiones a la posición que el chaval ocupaba en el campo -demasiado escorado a la banda en multitud de partidos-, pero finalmente nuestro joven centrocampista empezó a demostrar todo el fútbol que lleva dentro.

Sinceramente, pienso que su margen de mejora es muy amplio. Es un tipo que, podríamos decir, está empezando en esto del fútbol de primer nivel, de forma que tenemos que ser bastante pacientes con él. En las últimas fechas, aunque con cierta irregularidad, ha evidenciado que es capaz de darle variantes al equipo, realizando un despliegue físico considerable, presionando en tres cuartos de campo y recuperando multitud de balones, a lo que hay que sumar asistencias de gol e inteligencia a la hora de elaborar acciones ofensivas. Somos de Jordan Henderson, al menos yo lo admito. Y es que cuando uno tiene dudas con un jugador, y con el paso del tiempo se van disipando, todo se ve desde otra perspectiva. Confío en este tío y tengo claro que se va a convertir en uno de los estandartes del futuro del Liverpool.