28/01/2014: Liverpool 4-0 Everton

Voy a eludir dejarme llevar por lo pasional y así analizar lo ocurrido ayer con la mayor frialdad posible. No se puede negar que el Liverpool atraviesa un momento difícil en el apartado de la elaboración de fútbol, con un centro del campo bastante descompensado que está obligando a varios jugadores a brillar menos de lo que deberían, pero cuando la creatividad se ve mermada, es indispensable suplir las carencias con algo que resulta fundamental. Se trata sencillamente de actitud, justo lo que nos venía faltando en las últimas semanas. La visita de un rival como el Everton siempre supone un plus extra de motivación para cualquiera que porte la camiseta roja, no obstante la pasada noche hubo un tipo que demostró, una vez más, estar por encima del resto en lo que a sentimiento de pertenencia al club se refiere. Steven Gerrard, nuestro capitán, se vació sobre el césped, desarrollando su juego a setenta metros del área rival en las tareas de destrucción y en el trabajo sucio del equipo. Ante una exhibición como la suya, de compromiso absoluto con la causa, tenemos el deber de reconocérselo y agradecerle que, pasen los años que pasen, continúe ahí para sacarnos las castañas del fuego.

Otro aspecto que no quiero obviar es el ambiente que se generó en Anfield ya desde antes del comienzo del choque. Algunos empezábamos a demandar mucho más apoyo de la grada, cosa que finalmente ocurrió y que, sin duda alguna, ayudó a que los once elegidos por Rodgers rindieran de manera notable en el campo. Y es que el público también participa, y más en un derby como el de Merseyside, en el que si te quedas callado te pasan por encima.

Once titular LFC: Mignolet, Flanagan, Skrtel, Touré, Cissokho, Gerrard, Henderson, Coutinho, Sterling, Suárez, Sturridge

Sustituciones LFC: Moses, Kelly, Luis Alberto

Goles LFC: 21' Gerrard; 33' Sturridge; 35' Sturridge; 50' Suárez